7 luchas que todas las chicas bajitas entenderán
Si eres una chica bajita, conoces las luchas. La gente siempre pregunta si eres estudiante de primer año, aunque estés en la universidad. O cómo llegaste a la primera fila de un concierto. Aquí hay siete luchas que todas las chicas bajitas entenderán.
Todos tenemos nuestros complejos de inferioridad. Las mujeres a menudo evalúan cada uno en función de casi todos los detalles. Pero cuando se trata de altura, físicamente no hay nada que puedas hacer más que abrazarla... o ponerte implantes de rodilla. A veces, es divertido ser el bajito, pero otras veces simplemente apesta. Aquí hay 7 luchas con las que todas las niñas con problemas verticales podemos relacionarnos.
Tienes que posicionarte correctamente para poder estar en la foto.
En una noche de chicas, siempre se espera una selfie grupal. Sin embargo, si eres bajo, es mejor que te asegures de estar en el lugar correcto o, de lo contrario, considérate invisible. Nunca es divertido cuando solo tu brazo sale en la foto.
Usas tacones, pero todos los demás también, por lo que anula el propósito de ser más alto.
Usar tacones puede ser un gran dolor, pero a veces es divertido ser femenino de vez en cuando y vestirse un poco para ocasiones especiales. Cuando eres bajita, sentirte alta con tacones puede cambiar toda tu actitud, incluso hacerte sentir más segura. Desafortunadamente, a todos tus amigos también les apetecía usar tacones, por lo que terminas siendo el más bajo una vez más.
Tienes que pedir ayuda para alcanzar algo que es demasiado alto para alcanzar.
Nada golpea más el ego que estar físicamente en desventaja debido a su altura, incluso cuando se trata de una tarea pequeña, como no poder alcanzar algo. Cuando estás fuera y tienes que pedir ayuda para bajar algo, admitamos que se siente un poco denigrante.
Siempre terminas con algún tipo de apodo que se refiere a lo bajo que eres.
Los apodos de alguna manera siempre se quedan, especialmente si son pegadizos. Nadie se queda con los apodos más que las personas bajas. Sí, son divertidos y todo eso, pero pueden volverse bastante molestos después de un tiempo.
Puedes olvidarte de compartir ropa con amigos que no son de tu estatura.
Te encanta ese vestido que tiene tu amiga y le pides prestado. Te lo pruebas, sin embargo, está destinado a llegar a tus pantorrillas y lo estás arrastrando por el suelo. Apesta no poder caber en ese pie extra de ropa.