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13 razones por las que ser tía es mucho mejor que ser madre

Las tías no tienen que preocuparse por la rutina diaria de ser mamá. Pueden aparecer, ser divertidos y luego devolver a los niños a sus padres al final del día. Las tías tampoco tienen que lidiar con los tiempos difíciles que conlleva ser padre, como la dentición, el entrenamiento para ir al baño y la adolescencia. Y, seamos honestos, ser tía es mucho más divertido que ser madre.


Tener hijos puede ser increíble y darle un mayor significado a la vida, pero si tienes la suerte de ser tía, obtienes grandes ventajas. Disfrutará de los aspectos más destacados de la experiencia de crianza sin nada de drama. ¡Guau! Aquí hay 13 razones por las que ser tía es mucho mejor que ser madre, si aún no era obvio.

Puedes malcriar a tus sobrinas y sobrinos.

Puede derrochar en juguetes y ropa lindos, esponjosos y adorables para ellos sin preocuparse por las consecuencias, como que crecerán para sentirse con derecho. Sus padres pueden ser responsables de la entrega de regalos y las finanzas familiares. ¡Tú, por otro lado, puedes volverte loco!

Puedes devolverlos una vez que termine la diversión.

Cuando tu sobrina se está volviendo un poco loca y tiene una rabieta, no tienes que perder la cabeza como lo haría su madre. Puede excusarse para irse e ir a hacer otras cosas como disfrutar de la paz y la tranquilidad en su propia casa. Dicha.

Puedes ser el niño grande.

Ser tía es la excusa perfecta para sintonizar con tu niño interior y dejar las cosas del “adulto responsable” a los padres. Puedes construir fuertes con mantas, asar malvaviscos, saltar sobre castillos inflables, bailar a través de aspersores, ver 'Frozen' repetidamente y comer cereal para la cena. ¡Qué divertido!


Te convertirás en el confidente en el futuro.

Cuando sus sobrinas y sobrinos lleguen a sus problemáticos años de adolescencia, les resultará más fácil recurrir a usted cuando necesiten consejos sobre algo, especialmente cuando se trata de citas y relaciones. Vamos, será muy incómodo para ellos confiar en sus padres. Probablemente querrán acudir a ti, lo cual será un honor.

No tienes que preocuparte por la disciplina.

Cuando se levantan para hacer travesuras, pelean entre ellos o tiran pizza al suelo, no eres tú quien tiene que enloquecer o preocuparte por cómo debes disciplinarlos. Cuando sus padres pasen más tarde, tendrán que lidiar con eso. Te sientes aliviado de no tener que presenciar todo ese drama.


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